20060923

Fuentenegra
Una surgencia con leyenda


Texto: Álvaro Subiñas & Roberto F.García.


“Cuenta la leyenda, que un día se cayeron a las frías aguas de la poza de Fuentenegra, una mujer con la yunta de bueyes con la que estaba arando y con su hijo que llevaba a la espalda y nunca más se supo de ellos.”


En la vega del río Tejero, en el valle de Valdelaguna, donde descansa la ladera de la Sierra de Neila y coronada por el Pico Campiña, de 2.048 m, y el Monte Haedillo, de 1889 , se ubica el pueblo de Quintanilla de Urrilla ,en cuyos altos se alojan un conjunto de lagunas de origen glaciar que modelaron el valle, entre las que destacan Negra, Haedillo y Tejera.



Al parecer, los orígenes de este pueblo de la comarca de la Sierra de la Demanda se remontan a un núcleo de cabañas de piedra, que daban cobijo a pastores trashumantes de origen vasco allá por el siglo X.
A menos de un kilómetro del pueblo y tras cruzar el río Tejero por su puente medieval, un letrero nos indica el sendero que nos conducirá hasta el Pozo Fontenegro u Oscuro llamado en Quintanilla como Fuentenegra.


Gracias al trabajo altruista de Benito, Goyo y Rogelio, vecinos de esa localidad, que han limpiado de zarzas y malas hierbas el lugar, dejando al descubierto los muros que guardan el cauce de un antiguo molino y el acceso a cuatro manantiales que, antaño y aún hoy en día, sirven para aliviar la sed, se puede disfrutar de la poza de Fuentenegra que, junto a una campa, forman un encantador entorno natural, el cual se pretende transformar en área recreativa.

Fuentenegra y los manantiales de Urrilla, del Berro, Generosa y del Moro, que forman el arroyo Quintanillas , se encuentran alineados consecutivamente a lo largo de unos 28 m, bajo un pequeño cantil al final del vallejo de Valdebejar alimentando al río Tejero, el cual desemboca en el truchero río Pedroso, a su paso por Barbadillo del Pez.

Hasta la fecha ningún equipo de buceadores se había sumergido en Fuentenegra. La profundidad de 6,5 m que figura en los letreros informativos, ha sido realizada mediante sondeo.
El pasado día 28 de octubre de 2006, el espeleobuceador Álvaro Subiñas, ayudado por sus compañeros Nuria Ruiz y Roberto F. García y con la presencia de Benito García, sin lugar a duda el mejor guía del lugar y su esposa, emprendió la exploración de este manadero.


En un primer lugar se revisó todo el perímetro del estanque, explorando tres diaclasas, de las cuales sólo una de ellas continúa durante 3 m, hasta que la sección y la visibilidad totalmente nula, impiden la progresión al buceador.

En una de ellas una pequeña trucha sale asustada ante la presencia del buzo, chocando contra su hombro.



La visibilidad al entrar no llega a un metro, pero gracias a las linternas Barbolight, el buzo continúa revisando el fondo ciego del estanque, cuya profundidad oscila entre los 4 y 6,5 m, ocupado en su totalidad por fango, bloques, ramas y hojarasca en descomposición.


No encontrando posibilidades de continuación, Álvaro sigue la exploración a través de una nueva fractura perpendicular a las anteriores, que se abre en la misma orilla del estanque y por donde mana el principal caudal. El agua surge embravecida, cristalina y a una temperatura de 9º, dos menos que la embalsada.

El buzo repta con las botellas en lateral e intentando vencer la fuerza del agua cual salmón remontando un río. Tras mover una serie de bloques que cierran el acceso y que el mismo agua se encarga de arrastrar al exterior, el buzo entra en un angosto conducto sumergido por donde sólo puede progresar un par de metros debido a la brutal fuerza del agua.


Tras unos cuantos intentos aferrándose a los agudos salientes de la roca y empotrándose en la estrecha sección del conducto para continuar con la desobstrucción y así avanzar, el buzo desiste de continuar ante tal esfuerzo titánico.
Extenuado tras haber consumido en escaso tiempo gran parte de la reserva de aire y habiendo tenido en varias ocasiones problemas de entrada en flujo constante en las segundas etapas de sus reguladores, debido a la violenta corriente, decide salir propulsado por la fuerza del agua.



Parece ser que esta galería es la única incógnita a seguir, pero habrá que esperar a la época estival, cuando apenas sale un regato, como se puede ver en la fotografía. Aunque lo visualizado por Álvaro, más allá de la estrechez, tampoco augura un aumento del tamaño de la galería.

La gente del lugar comenta que el agua proviene de la Laguna Negra, pues dicen que han visto acículas emergiendo a la superficie. Todo un conjunto de dichos populares que da un ambiente místico a este lugar.

Álvaro volverá para seguir con la exploración, cuando le indique Benito. Pero su finalidad no es desvelar estas leyendas. Quizá, enterrado bajo las piedras y el limo se encuentre el arado y el yugo de los bueyes y por eso todavía no ha podido ser hallado.



El equipo que ha realizado esta inmersión quiere agradecer el apoyo y amabilidad de la gente de Quintanilla de Urrilla.

Fotos: Roberto F.García

Apunte hidrogeológico:

La surgencia de Fuente Negra parece ser la principal resurgencia de un sistema hidrológico instalado en las calizas carbonatadas jurásicas aflorantes a lo largo de una estrecha faja situada en la ladera septentrional de la sierra de Neila, dispuestas en una disposición sinclinal con buzamiento 10-15ºS (SANZ PEREZ, 1996).

Los materiales karstificados se encuentran confinados entre arcillas y yesos del Keuper (Triásico Inferior) en la base y a techo areniscas, conglomerados y arcillas del Weald (Cretácico Inferior). (I.T.G.E., 1998).

La superficie de recarga se estima en 20 Km2, existiendo pérdidas temporales a lo largo del río Urria y de sus afluentes. Se la estima un caudal medio de 500 l/s (SANZ PEREZ).


FOTOS: Nuria Ruiz, Roberto F.García, Fernando J. Sanz y SigPac.


La revista AGALSA en su nº 24 - Navidad de 2006, incluye un artículo de Fuentenegra extraido de este blog. La tirada de esta publicación es de 4.500 ejemplares y se distribuye por la Sierra de la Demanada ( Burgos). VER ARTICULO